Una pregunta
así de sencilla nos hace reflexionar sobre un punto de reunión, que ha
estado ahí desde varios años y rara vez nos hemos puesto a pensar ¿cómo es el
mercado? Lugar que se ha considerado como monumento histórico, el mercado “José
María Pino Suárez” ubicado en el centro de la ciudad de Hermosillo, Sonora,
tuvo un nombre diferente anteriormente el cual fue cambiado con el nombre que
conocemos actualmente.
El mercado ha sido víctima de los
cambios que ocurren en todas las ciudades, así que ha sido modificado cambiando
por ejemplo el color por afuera del lugar. También ha sido invadido por
pequeños negocio, que le dan una apariencia más modernizada, que si la
comparamos con el otro lado del monumento está un poco deteriorado.
Otra de las cosas que caracterizan al
mercado, es que siempre lo verás lleno de personas tanto a dentro como afuera,
siempre encontrarás a personas mayores,
boleros (cabe destacar que ahora hay la misma cantidad de hombres como
mujeres), y personas que se ponen hablar sobre la palabra de Dios.
Anteriormente he mencionado lo que hay
fuera del mercado municipal, pero ¿cómo es por dentro? Por dentro está lleno de
pequeños negocios relacionados con la comida sonorense, que al entrar te
desconciertan un poco ya que todos te llaman a probar o comprar los productos
que venden. Algunos negocios han estado ahí desde muchos años atrás, pero otros
llevan poco tiempo y rara vez, pasas y un negocio está vacío.
Dentro del mercado puedes encontrar
negocios de todos tipos, como de comida, carnicerías, verdulerías, fruterías y
para las personas que están de turistas
hay dos negocios que venden recuerdos que se elaboran en el estado, hechos de
palo fierro o postres típicos de la ciudad.
Como experiencia personal y que otras
personas también han hechos comentarios sobre el mercado, mencionan que es un
poco antihigiénico, ya que los baños o al pasar por las carnicerías desprenden
olores no muy agradables. Otro comentario sobre el mercado, fue el de “fachada”
mencionan que está muy descuidado y que le hace falta más atención tanto por
dentro como por fuera, resaltando que es un monumento histórico de la ciudad
tenemos que cuidarlo no solo el ayuntamiento, si no todo los que habitamos
aquí.
Por último el mercado como monumento
histórico ha perdurado por más de 100 años, esperemos que siga funcionando para recordarlo así, aun con esos pequeños
defectos de “fachada”, y no sea víctima de una gran modernización como se ha
dicho por ahí.
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